“No soy un iluso de los que siempre parten de lo mejor y se convencen
de que no será para tanto.
–¿Lo dices por mí? –Hannah volvió a tragarse las lágrimas.
–No –se apresuró a contestar Simon. Pero, después de buscar las
palabras adecuadas, rectificó–: Hannah, a mí me falta tu optimismo, nunca lo he
tenido. Y no te considero una ilusa, no hay más que ver el éxito que has
conseguido. Pero tú y yo somos muy diferentes.”
“No puedes salvar a nadie que no quiera
ser salvado”, y aunque sea obvia la frase, a veces creemos que sólo es cuestión
de actitud y que podemos contagiar la positividad a los demás, nos aferramos a
una realidad que nos explota a la cara. La vida no es sencilla, pero podemos
estar abiertos a todas opciones que se nos ponen enfrente.
Y esta novela habla de eso, sobre las nuevas oportunidades que te ofrece el destino.
Tiene un argumento emotivo y bien estructurado. Mantiene el interés del lector por el suspenso que hay entre los personajes al involucrarse, sin querer, en un juego de enredo.
Buscando un libro que tratara sobre las nuevas oportunidades que nos ofrece un nuevo año, me encontré con esta opción y me da gusto haberlo leído, porque nos enseña que a pesar de sentir nostalgia por lo que se queda atrás siempre habrá curiosidad por lo que vendrá.
“No se
pueden añadir días a la vida, pero se puede añadir vida a los días.”
Proverbio chino
La historia está narrada desde dos
perspectivas diametralmente opuestas.
Por un lado tenemos a Jonathan Gifft, un hombre que lo tiene todo (en el aspecto material), pero el deseo de conocer más allá de sus límites se fugó, se ha vuelto solitario y puntilloso al hartazgo. Vamos conociendo su historia y cómo el destino le pone por accidente una agenda que le cambiará la vida.
Por el otro lado está Hannah, una joven
que peca de optimista y que la vida siempre se lo ha puesto fácil. Tiene un
novio de toda la vida al que ama con todo su ser y ha logrado abrir el negocio
de sus sueños… pero se encontrará con su primer fracaso, uno muy difícil de
sobrellevar.
Conclusión:
Es una novela romántica alemana que nos enseña que siempre hay una rayito de luz al final del camino que nos devolverá la calma.
Quieren pasar un momento agradable y revivir la esperanza, este libro es una buena opción.
“Se despertó y supo que estaba enamorada. Era incapaz de recordar al hombre que aparecía en su sueño. Solo recordaba la sensación. Una sensación inequívoca de estar enamorada. De calidez y confianza, un cosquilleo en el estómago, risas y sonrisitas, una alegría y una euforia desmesuradas, locura. Y felicidad, sí, eso también.”
👌
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